Esta semana se ha celebrado el centenario del nacimiento de Hedy Lamarr una actriz de la época dorada de Hollywood que para muchos fue “la mujer más hermosa de la historia del cine”. Pero tras una exitosa carrera artística, esta actriz austríaca escondía una ingeniería de telecomunicaciones que nunca dejó de lado y cuyos inventos llegaron a ser claves en el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial.
Como hemos dicho, Lamarr no era solo una cara bonita, sus investigaciones en el mundo de las comunicaciones inalámbricas -junto con George Antheil- culminaron con un proyecto de comunicaciones secreto basado en un emisor de radio sincronizado con su correspondiente receptor que saltaban de frecuencia de forma simultánea y aleatoria de manera que el canal del mensaje era irrastreable. En la época de la Segunda Guerra Mundial esto era completamente innovador, pero no fue hasta 1962 en la crisis de los misiles de Cuba que el sistema fue realmente determinante en las comunicaciones del conflicto.
Esta tecnología originalmente creada con fines militares es también la base de las comunicaciones inalámbricas actuales (en general). Es usado por la telefonía móvil para evitar las interferencias entre los canales y es la base también de las conexiones WiFi. Ciertamente este sistema ha mejorado mucho dede la idea inicial de Lamarr-Antheil, pero fueron ellos los que sentaron las bases y tuvieron la idea.
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